Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa (2 Ped. 2:9).

Suponga que usted está buscando trabajo. Si vive en un país donde es difícil conseguirlo, pudiera verse tentado a aceptar la primera oferta que se presente, sea cualsea. Pero ¿y si ese empleo viola algún principio bíblico? ¿Y si el horario o los viajes limitaran su participación en las actividades cristianas o lo separaran de su familia? ¿Aceptaría la oferta de todos modos, quizás razonando que, al fin y al cabo, tener ese trabajo es mejor que no tener ninguno? No olvide que una mala decisión podría alejarlo de Jehová (Heb. 2:1). Debemos tener presente nuestro objetivo en la vida. Pregúntese: “¿Adónde quiero que me lleve mi trabajo o profesión?”. Si usted ve el trabajo como un medio para alcanzar un fin —el de mantenerse a sí mismo y a su familia para servir a Jehová—, entonces él bendecirá sus esfuerzos (Mat. 6:33). Nuestro Padre celestial no se queda paralizado sin saber qué hacer cuando perdemos el empleo o tenemos problemas económicos (Is. 59:1). w13 15/1 2:5, 6