¿No hay sabiduría entre los de edad, y entendimiento en la longitud de días? (Job 12:12.)

Los cristianos mayores pueden ser una poderosa fuente de ánimo para el pueblo de Jehová: pueden enseñar, orientar y fortalecer a sus hermanos. ¿Cómo podría usted emplear su experiencia para ayudar más a otros? Quizás podría enseñar a los jóvenes a comenzar y dirigir estudios bíblicos. Si usted es una hermana, ¿podría dar sugerencias a madres jóvenes sobre cómo equilibrar las labores espirituales con el cuidado de los niños? Si es un hermano, ¿podría enseñar a los varones jóvenes a pronunciar discursos con entusiasmo y a predicar de manera más eficaz, o quizás enseñarles lo que hace cuando visita a hermanos de edad avanzada para animarlos en sentido espiritual? Aunque las fuerzas ya no lo acompañen como antes, usted tiene magníficas oportunidades de capacitar a los jóvenes. La Palabra de Dios declara: “La hermosura de los jóvenes es su poder, y el esplendor de los viejos es su canicie” (Prov. 20:29). w14 15/1 4:6, 7